La Estudiante
Una universitaria disfrutaba de una tarde en el parque Kennedy cuando se encontró con un compañero de clase, quien le pidió ayuda con sus estudios. Ella, reconociéndolo, aceptó asistirlo, pero sugirió que sería mejor encontrar un lugar más tranquilo para trabajar. Decidieron sentarse en una banca, pero el ruido de una construcción cercana dificultaba su concentración.
A pesar de los inconvenientes, el chico insistió en que fueran a su casa para estudiar sin distracciones. Al principio dudó, pero finalmente accedió, pensando que sería una buena oportunidad para aprender más. Una vez allí, la conversación se tornó más ligera y divertida, lo que creó una atmósfera más relajada entre ellos.
A medida que intercambiaban palabras y risas, la tensión entre ambos aumentó. Él, astuto y seductor, comenzó a coquetear, acercándose más y sugiriendo que quería conocerla mejor. En un momento de intensa conexión, se dejaron llevar por la pasión, y lo que comenzó como una sesión de estudio se transformó en un encuentro ardiente que selló su atracción mutua.
Deberían volver a filmar con ella